La mayoría de la gente no necesita ayuda para elaborar su duelo. El problema viene cuando alguien no resuelve adecuadamente alguna de estas tareas y siente que no consigue seguir con su vida sin que la pérdida interfiera en ésta de manera significativa. Al principio del proceso de duelo es normal que ocurra esto, pero mantenido en el tiempo puede desembocar en un duelo patológico, complicado o no resuelto, que podría definirse como “la intensificación del duelo al nivel en que la persona está desbordada, recurre a conductas desadaptativas, o permanece inacabablemente en este estado sin avanzar en el proceso del duelo hacia su resolución”. Cuando esto se produce hay que realizar un proceso de acompañamiento del manejo del duelo.
¿Cuántas personas hay por el mundo viviendo un duelo como parte de su vida?
Parece que se quedan atrapadas en la tristeza y el dolor por la pérdida de un ser querido. En vez de continuar con su vida y avanzar, se quedan en el funeral, en la pérdida y en el sufrimiento.
Gran parte del problema de tantas personas frente a la muerte es la cultura que tenemos con respecto a ella. El problema del dolor lo adornamos con ceremonias, tradiciones, velas, lutos, rezos, tristezas, etc. y finalmente es como un soporte social para el dolido. Esto momentáneamente ayuda a sobrellevar el dolor. En nuestra cultura, el luto se lleva de una forma muy individual. Cada persona decide (inconscientemente) cuanto tiempo guardará luto. Y este luto tiene que ver con su capacidad de asimilación del hecho que un ser querido se ha ido para siempre.
Cuando la etapa de duelo se extiende demasiado (un año o más), empieza el riesgo de vivir una pena patológica que provoca un desorden en las emociones y por lo tanto un cambio muy marcado en la personalidad.
Duelo y tratamiento psicológico
Existen muchas estrategias de tratamiento, cada una de ellas va a estar dirigida a ir haciendo conscientes las diferentes etapas del duelo hasta llegar a la aceptación del acontecimiento, en las cuales se manejan las emociones y los apegos del paciente.
No todo proceso de duelo implica la indicación de una terapia. Se puede ayudar a los familiares o allegados recomendándole un tratamiento si se observa que el duelo que atraviesa no es "normal" y que presenta reacciones marcadamente divergentes a la pérdida (por ejemplo en presencia de conductas o intentos de suicidio).
Especialistas consideran que no es recomendable que se le receten a la persona, solamente, somníferos o sedantes para inducir el sueño, debido a que es necesario que la persona viva el duelo para poder superarlo positivamente de una terapia convencional, el terapeuta trabajará intentando animar a la persona que sufre el duelo a que exprese sus sentimientos de pérdida y los sentimientos hacia la persona fallecida. Es muy importante que se le proporcione apoyo emocional a la persona, tanto de parte del terapeuta como de la familia extensa y amigos.