Los niños también pueden padecer estrés, depresión, tristeza, ira, miedo, celos. Esto a su vez se refleja en problemas de conducta como son agresividad, conducta reservada, problemas de lenguaje y del habla, bajo rendimiento escolar, y en los casos mas tristes y drásticos incluso se puede llegar al suicidio. Para prevenir estas situaciones surge la terapia a niños.
La infancia es la etapa en la que se ponen las bases para el resto de la vida, es por ello que los problemas que se presenten en esta etapa y no se resuelvan tendrán consecuencias en el resto de la existencia del niño.
Al niño lo pueden afectar factores como el estrés causado por acoso escolar (bullying), situaciones como el divorcio o los problemas de pareja de los padres, la perdida de una mascota, una mudanza, etc.
A veces este tipo de problemas pueden ser pasajeros e incluso son parte de la formación de la personalidad y el carácter. Pero en otras, si no es posible para él superarlos, aun con la ayuda de los padres, es recomendable recurrir a un experto.
¿Cómo sé si es recomendable llevar a terapia a un niño?
Si el niño presenta; problemas de lenguaje o el habla, problemas de aprendizaje, conductas anormales, en especial ira excesiva, tristeza excesiva, falta de apetito, aislamiento, insomnio o exceso de sueño, cambios de humor repentinos y/o constantes, dolencias físicas inusuales o en aumento
Además, si se ha pasado recientemente por alguna perdida como una muerte, una mudanza, o divorcio.
¿Cómo es la terapia infantil?
Los niños suelen ser más simbólicos que verbales. Así pues, la terapia infantil se ayuda del juego y dibujos principalmente. La intensión es que los niños puedan expresarse como mejor se sientan y puedan resolver sus conflictos.
El niño es en esencia curioso, divertido y creativo. La terapia deberá ayudar a regresar a su esencia y ser feliz.